La obra de Valeria Ghezzi transita por rutas conceptuales que, a la manera de un gran tejido formado por partes que conversan unas con otras, crean un universo hologramático de sentido, una dimensión dialógica de referentes personales y culturales que construyen una obra sugerente y de gran potencia expresiva.
Valeria Ghezzi trabaja con diversas estrategias para buscar resultados en un soporte plano. Desde collage con citas de imágenes previamente existentes hasta la desaparición de las mismas y el hallazgo del ornamento. Sus piezas oscilan entre pinturas, collages, técnica mixta y otros.
Valeria Ghezzi fue una de las primeras artistas peruanas cuya obra exigía, simultáneamente, la contemplación y la “lectura”: ya en sus cuadros tempranos hallábamos articulados vocablos junto a imágenes y signos. En el caso de Ghezzi conviene que hablemos de “el cuadro” antes que de “la pintura” pues ella es particularmente fiel a la indagación conceptual del soporte bidimensional, al cual concibe como un territorio de operaciones visuales -plásticas y gráficas- en donde las imágenes se yuxtaponen o se superponen como en un palimpsesto; soporte sobre el que dibuja, pinta, escribe, transfiere, imprime, tiñe, adhiere, cala, borda, etc.